La moda monocromática de vanguardia combina la austera simplicidad de los esquemas monocolor con la esencia audaz y experimental del diseño de vanguardia. Este estilo suele desafiar las normas tradicionales de la moda a través de siluetas innovadoras, materiales inesperados y conceptos artísticos, al tiempo que mantiene una paleta de colores unificada.
Las siluetas experimentales de la moda monocromática de vanguardia se consiguen mediante cortes poco convencionales, técnicas de drapeado o asimetría a través de dobladillos desiguales. Leon Emanuel Blanck, por ejemplo, suprime por completo la simetría en sus prendas como uno de los conceptos básicos de su diseño. Las marcas japonesas de moda de vanguardia, como Yohji Yamamoto y Julius, suelen diseñar formas oversize y deconstruidas: Prendas voluminosas que juegan con las proporciones, creando a menudo efectos dramáticos.
Las piezas monocromáticas de la Moda de Vanguardia suelen destacar por el uso de una mezcla de tejidos, combinando materiales lisos, mates, brillantes y texturados para añadir profundidad e interés a pesar de la paleta de colores monocromática. Boris Bidjan Saberi se especializa en tratamientos manuales únicos de sus creaciones, por ejemplo aplicando un concepto denominado teñido con resina. Además, el concepto de incorporar capas a las piezas es habitual en la moda de vanguardia. El uso de múltiples capas crea dimensión y complejidad en las prendas.
Los materiales crudos o sin tratar, como la lana, el cuero y los tejidos orgánicos, se utilizan a menudo de forma innovadora para lograr diseños simplistas que se centran en la forma y la estructura por encima del adorno. Prendas escultóricas que parecen más arte que ropa convencional. Temas futuristas y distópicos, influenciados por la ficción especulativa y el arte abstracto. A menudo, las prendas incorporan elementos tecnológicos artesanales y funcionales, como bolsillos especiales, correas y elementos ajustables.