
Sobre Nick Fouquet
En palabras del propio Nick Fouquet: "Es una pasión que se convirtió en una obsesión que se convirtió en el negocio". Al crecer con cinco hermanas artistas, Fouquet pasó gran parte de los primeros años de su vida admirando lo que manifestaban quienes le rodeaban. No fue hasta más tarde, al final de la veintena, cuando la búsqueda creativa de Fouquet se reveló por primera vez, avivada por lo que parecía un arte casi perdido y un accesorio inactivo: el sombrero. Desde el principio del diseño, Fouquet se imaginaba el universo del sujeto que acabaría acaparando sus tapas: qué coche conducía, qué música escuchaba, qué comida le apetecía, a qué amante perseguía y, poco a poco, surgía un sombrero hecho a mano según la corriente y la razón de ser del personaje.
En su afán por dominar el oficio, era esencial que el objeto acabado estuviera impregnado de un tacto manual. Ya fuera de castor, visón, liebre, lana o paja, el resultado final debía tener pulso. Igualmente primordial para Fouquet, que nunca recibió una formación académica, es la idea de que todos y cada uno de los sombreros representan un paso en la evolución de su propio peregrinaje creativo. Dicho esto, Fouquet sigue desconfiando de las fórmulas. Y casi nunca realiza un boceto preparatorio.
El sombrero comienza cuando Fouquet pone las manos sobre el fieltro, y la forma posterior es una especie de documento vivo y esculpido de la inspiración, los gestos y los impulsos mientras se trabaja con los materiales. Para ello, Fouquet se abstiene de seguir los estilos de sombreros actuales para evitar la imitación, y opta en cambio por buscar la inspiración en otros medios como la pintura, la escultura, la música, la naturaleza, la puntada de un mueble, adhiriéndose a su instinto de que la autenticidad estética se expresa mejor transponiendo la inspiración de una amplia y variada gama de medios, de modo que cuando un diseño finalmente aterriza, dice Fouquet, se siente como si acabara de descubrir la luna. Dicho esto, un elemento igualmente crucial del proceso de Fouquet es filosófico, es decir, la humildad que conserva, su mantra ad hoc y estribillo constante es simple y directo, siempre es un estudiante de la disciplina, a pesar de que ha llegado a disfrutar de una validación crítica y comercial bastante significativa.