
Sobre CASEY CASEY
Casey Casey es una marca de moda con sede en París, fundada en 2008 por Gareth Casey, un diseñador autodidacta con formación en cerámica, pintura y escultura, y una profunda apreciación por lo táctil. A diferencia de muchas marcas que emergen con fuerza mediante el espectáculo o las tendencias de temporada, Casey Casey surgió en silencio, casi con una espiritualidad monástica, enfocándose en la artesanía, la paciencia y la expresión personal. El enfoque de Gareth es tanto intelectual como emocional: rechaza la idea de la ropa como algo efímero o puramente decorativo, y la concibe como una forma íntima de comunicación, comparable con el arte.
En el corazón de Casey Casey está la devoción por lo atemporal y lo imperfecto. La marca no se rige por calendarios de moda ni por la presión de lanzar colecciones cada temporada. En cambio, ofrece prendas que parecen haber existido siempre: simples en silueta, generosas en volumen, y confeccionadas con un cuidado minucioso por los detalles. Muchas piezas tienen un aspecto vivido, no desgastado de forma artificial, sino con una nobleza silenciosa, como si hubieran sido atesoradas con el tiempo. Los tejidos teñidos a mano, los lavados desiguales y las sutiles irregularidades no son defectos, sino señales de individualidad. Son prendas que, incluso nuevas, ya parecen tener historia.
La filosofía de Gareth Casey está profundamente influenciada por la estética japonesa, especialmente el concepto de wabi-sabi, que encuentra belleza en lo transitorio y lo imperfecto. Esta influencia se refleja no solo en la estética contenida de sus prendas, sino en su naturaleza profundamente táctil. Los tejidos son esenciales para la identidad de la marca: algodones lavados, linos texturizados, lanas secas, sedas cepilladas, todos tratados para resaltar su presencia sensorial. Las prendas se tiñen y lavan varias veces, se terminan a mano, y adquieren una superficie rica y única. El resultado es ropa que parece ya haber formado una relación con el cuerpo antes de ser usada.
Casey Casey no depende de logos ni de marcas visibles. Cultiva una atmósfera de confianza silenciosa. Las prendas suelen ser holgadas o suavemente estructuradas, permitiendo que el movimiento del cuerpo defina la silueta. La paleta de colores es sobria: tonos tierra, neutros apagados, azules índigo profundos, evocando la naturaleza y el paso del tiempo más que las tendencias. Hay una poesía cruda en esta soltura, un tipo de minimalismo arquitectónico que no impone, sino que acompaña.
El atelier y showroom de la marca, ubicado en el número 6 de la Rue de Solférino en París, reflejan fielmente esta filosofía. Diseñado en colaboración con el estudio de arquitectura Atelier NEA, el espacio es silencioso, lleno de luz natural y compuesto por materiales honestos. Funciona no solo como lugar de presentación, sino como santuario de la visión de la marca. Su diseño abierto, sobrio y funcional refleja la calma y la cualidad meditativa de las prendas.
Lo que hace único a Casey Casey es su deliberada lentitud. En un mundo de la moda que a menudo valora la rapidez y la novedad, el trabajo de Gareth Casey es una forma de resistencia. Cada prenda se produce con sumo cuidado, a menudo en pequeñas cantidades, y el proceso de producción está guiado por el oficio, no por el calendario. La marca ha cultivado una clientela leal: artistas, arquitectos, escritores, personas que valoran la autenticidad, la textura y la conexión emocional con lo que visten.
Aunque Casey Casey tiene presencia global y se vende en tiendas selectas, sigue siendo una marca profundamente independiente. Gareth Casey rara vez da entrevistas, y la comunicación de la marca es mínima, dejando que las prendas hablen por sí solas. Ese silencio es intencional, dejando espacio para que la historia del usuario se manifieste a través de la ropa. Así, Casey Casey representa una belleza silenciosa y duradera que no vive en el espectáculo, sino en el detalle, el tejido y la forma.